
El Acta SOPA: Una ley para asesinar la libertad de expresión
Por Bill Wilson/The Hill

Lo qué comenzó como un intento para refrenar la piratería en el Internet se ha transformado en un “interruptor para asesinar” la libertad de la Primera Enmienda en el mercado de ideas de más rápido crecimiento. La legislación federal propuesta que pretende proteger la propiedad intelectual en la Internet también impondría nuevos mandatos del gobierno a los Proveedores del Servicio de Internet —un poder totalmente Orwelliano que permitiría al Departamento de Justicia de los EE.UU. cerrar cualquier sitio de Internet que no le guste (y cortar sus fuentes de ingreso) en base a un capricho.
Bajo la llamada “Stop Online Piracy Act” (SOPA / Acta para Detener la Piratería en Línea) el gobierno federal —que bajo la Constitución está prohibido de restringir la libertad de expresión o de privar a sus ciudadanos de su propiedad sin el proceso debido— se embarcaría en ambas prácticas en una escala sin precedentes. Y al establecer el precursor de una “policía del pensamiento” pagada por los contribuyentes, cortaría dramáticamente la inversión y la innovación en la tecnología —un estrago que podría dañar aún más nuestra economía.

Considere esto: Bajo la legislación propuesta toda que se requiere para que el gobierno cierre un Web site específico es la mera acusación que el sitio ofrece ilegalmente un contenido protegido por el derecho de copia. Tal acusación no necesita ser probada —o incluso ser acompañada de una causa probable. Todo lo que el acusador (o el competidor) necesita hacer para obtener la orden de cierre es señalar con el dedo en un Web site.
Además, SOPA concedería a los reguladores la capacidad de estrangular los ingresos de los dueños de éstos Web site que serán clasificados bajo el nuevo término de “Web sites ilegales”, por acusar a sus publicistas y proveedores de pago en línea como co-conspiradores en la alegada “piratería”. Una vez más, no se requeriría encontrar ningún hecho —la mera alegación de contenido impropio es todo lo que se necesita para cortar la conexión del Web site.

¿Quienes son vulnerables?
“Cualquier Web site que ofrezca contenidos generados por los usuarios o que permite el almacenaje de datos podría terminar con sus cables desconectados”, escribe David Sohn, consejo de política en el Center on Democracy and Technology. Los “(Internet Service Provider) harían frente a nuevas e infinitas obligaciones de supervisar y controlar la conducta del usuario. Los procesadores de pago y las redes de anuncios en línea serían requeridos de cortar negocios con cualquier Web site cuyos poseedores de derechos alegan no ha hecho lo suficiente para evitar la infracción”.
El presidente y CEO del Centro, Leslie Harris, advierte un cuadro bastante pesimista sobre el impacto de SOPA, y su legislación compañera en el Senado, que tendría en el World Wide Web, argumentando que la legislación “(comprometería) el desarrollo continuo de los nuevos foros de gran alcance para la libre expresión y la disensión política”.
“Si el proyecto de ley es aprobado, habrá daños colaterales importantes a la innovación del Internet, la libre expresión en línea, los trabajos internos de la seguridad en el Internet, y la privacidad del usuario”, escribe Harris.
Bob Boorstin, director de política pública de Google, da un paso adicional, argumentando que los proyectos de ley “pondrían al gobierno de los EE.UU. en la misma posición de los regímenes represivos que criticamos —todo en nombre del derecho de copia”.

Bloqueando el mercado de ideas
La proliferación de la libre expresión en el Internet ha dado lugar a un nuevo y vibrante mercado de ideas —derribando el viejo legado construido y heredado por los medios en una era donde se enaltece la responsabilidad, en la cual miles de nuevas voces proporcionan el intenso escrutinio de nuestros funcionarios electos.
Obviamente, silenciar esas voces y sofocar el potencial innovador de la Internet exigirían un peaje pesado sobre esta nueva responsabilidad —y sobre la economía de los EE.UU. En una carta urgiendo a sus colegas oponerse a SOPA, los Congresistas de los EE.UU. Zoe Lofgren y Darrell Issa hablan de esta preocupación.
“La innovación y el comercio en línea son responsables del 15 por ciento del crecimiento del PBI de los E.E.U.U. del 2004 al 2009”, escriben los congresistas Lofgren e Issa. “Antes de que impongan un nuevo régimen regulador que asfixie el Internet, debemos considerar cuidadosamente los riesgos que podría plantear para este motor vital de nuestra economía”.
Salvaguardar la propiedad intelectual es ciertamente una meta importante. La capacidad de proteger el producto de un trabajo es vital para el funcionamiento apropiado del mercado libre —y la clave para preservar su potencial innovador. Sin embargo, al realzar las protecciones de la propiedad no podemos permitir que el gobierno pisotee nuestro derecho de la libre expresión y el debido proceso.
SOPA es el equivalente a curar un dolor de cabeza con una guillotina. Puede detener la piratería, pero cerraría nuestra economía y, en el proceso, erosionaría inconstitucionalmente nuestras libertades más básicos.
Mientras que todos estamos enfocados en no tomar SOPA, la ley PIPA está pasando lentamente "como perro por su casa".
Esta propuesta de ley, llamada "Protect IP Act" (Preventing Real Online Threats to Economic Creativity and Theft of Intellectual Property Act) es un proyecto de ley que daría el gobierno de EE.UU. el poder para apoderarse de los dominios web a su antojo sin supervisión, únicamente por tener links a sitios que según ellos, poseen "regímenes represivos". Especialmente los registrados fuera de los EE.UU.
Esta ley... Nos afectaría mundialmente.
